jueves, 17 de mayo de 2012

PRÁCTICA III. EL CUBISMO. UN LENGUAJE EN EL DISEÑO GRÁFICO


ANÁLISIS DE LA OBRA

La obra pictórica elegida para el análisis en esta práctica es el Retrato de Pablo Picasso realizado por Juan Gris en 1912 (principios del siglo XX). Esta obra ha sido de gran importancia ya que era la primera obra cubista que no era producto de los principales representantes de este movimiento (cubismo), como eran Picasso o Braque. Actualmente se encuentra en el Instituto de Arte de Chicago.

Como ya he mencionado, su autor es Juan Gris (Madrid 1887- Francia 1927), cuyo nombre real es José Victoriano González-Pérez. En su adolescencia, estudió pintura por dos años, hasta que consiguió mudarse a París en 1906, ya que su familia tenía medios para ello. Allí comenzó trabajando como dibujante humorístico para varias publicaciones, y también es donde empieza a conocer a artistas de renombre tales como Matisse, Braque, Modgliani y Picasso. En 1910 toma la decisión de dedicarse a la pintura como forma de vida. Sus primeras obras cubistas datan de principios del siglo XX, y lo que caracteriza su obra (en general) es que fue estrictamente circunstancial y únicamente se desarrolló dentro del movimiento de moda de la época: el cubismo. Dentro de ese movimiento desarrolló diferentes técnicas, como por ejemplo entorno a 1915 comenzó a desarrollar la técnica del papier collé (formas recortadas en  papel y pegadas al lienzo) influenciado por Picasso. Pero después de 1925 utilizó sobre todo el gouache y la acuarela, además de realizar algunas ilustraciones para libros; incluso hizo varias escenografías para dos ballets muy conocidos.
Parte de sus pinturas cubistas son bodegones, entre los que se incluyen Guitarra y botella (1917), El tablero de ajedrez (1917) y Botella y frutero (1919). También trató otros temas, como muestra en El fumador (1913) y en Vasos y periódico (1914).

Resumiendo, Juan Gris nació de la nada, pero se convirtió en uno de los representantes más importantes del cubismo, junto a Picasso entre otros.

A continuación, realizaré con análisis más en profundidad de la obra elegida.

Comenzaré diciendo que el Retrato de Pablo Picasso, utiliza como soporte el lienzo y  como técnica óleo (“óleo sobre lienzo”). Teniendo un tamaño aproximado de 93,4 x 74,3 cm.

En ella está representado Pablo Picasso, a la edad de 31 años, cuando aún tenía cabello, vistiendo un traje y sosteniendo una paleta manchada de colores en la mano, que definiría su oficio como tal, algo habitual que se hacía en los retratos tradicionales de otras épocas. Aunque no es complicado realizar esta descripción, es cierto que tampoco se aprecian todos los elementos de forma inmediata, ya que la característica principal del cubismo (época en la que buscaban romper con la tradición figurativa que había fundamentado la pintura del mundo occidental) se aprecia perfectamente en la obra, pudiendo hacer evidente la clara pérdida del dibujo. Así como el inicio de la descomposición de los volúmenes planos. Estos planos son geométricos y en ellos podemos percibir la estructura de la composición, se podría decir que son planos que están ordenados rítmicamente mediante líneas verticales y diagonales.
Por estas características, junto a otras que describiremos después, se puede decir que esta obra pertenece al “cubismo analítico”, y esto lo argumentaré diciendo que cumple lo principal de este estilo, y es que las formas y las figuras están descompuestas para ser estudiadas (analizadas) por partes. Si seguimos realizando  un examen a fondo, la obra nos revela que los elementos geométricos que integran su composición se han basado en formas puras: prismas, triángulos y cilindros. Pero a pesar de esta deformación y de la mutilación, los rasgos del rostro sobreviven, ayudado también por el juego de sombras y luces, como ya he mencionado anteriormente.
Es decir, este cuadro refleja perfectamente que pese a que el cubismo deformaba, nunca perdió de vista la necesidad de reflejar una realidad concreta (en este caso, la figura de Pablo Picasso).
La composición está creada exclusivamente a partir de colores terrosos, es decir, el cromatismo se reduce a los tonos marrones, grises y negros, los tonos que habitualmente utilizaba el autor en el resto de sus obras. Además en esta ocasión añadió un azul, el cual le confiere emotividad, junto con otros colores que interrumpen al resto de colores, tales como el rojo, el amarillo, y el azul oscuro.
.
Sobre la firma, el madrileño imprimió una dedicatoria, muy poco de moda en la época, y lo hizo en la lengua del país (francés) que le había unido a su amigo: "Hommage à Pablo Picasso".
La presentó en el salón des Independants de París en 1912. Apollinaire, a quien el pintor había conocido a través de Picasso en Le Bateau Savoir y con quien le unía una estrecha amistad, escribió una reseña en L'Intransigeant, donde definió su trabajo como "cubismo integral". Fue de esta manera, como Juan Gris entró por la puerta grande del arte y empezó a formar parte del de grupo principal del movimiento cubista.

 MI CAMPAÑA PUBLICITARIA



Pues he decidido realizar una campaña de publicidad (imaginaria) anunciando la marca de gafas Ray Ban, porque me parecía original y también como una forma de actualizar el cuadro y transportarlo hasta la actualidad. Es decir, “poner a Picasso a la moda”. Pero, otra razón por lo que he elegido esta marca, es porque creo que el producto iba a resaltar perfectamente en la obra, porque de esta forma cuando lo vemos lo primero que nos llama la atención son las gafas y lo que anuncia. Cumpliendo de esta forma el objetivo principal de la publicidad, que es conseguir que se fijen en nuestro producto.  Además  si se fijan en la obra de arte y la reconocen y les gusta, pues mucho mejor, así  obtendremos muchos más beneficios.


BIBLIOGRAFÍA

1 comentario:

  1. Hola Carla:

    la campaña publicitaria que propones es muy creativa.

    En 1937 la Compañía estadounidense Ray-Ban decidió fabricar gafas de sol, para el Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos.

    Valoración: b+.

    Saludos

    ResponderEliminar